6 de septiembre de 2012

La mirada de Santi

Con un nuevo guiño de la historia, arrancamos una nueva etapa en una cuarta fecha.

Por Santi Grandi

Los que tengan buena memoria lo recordarán. Históricamente el Sportivo ha tenido buena suerte a partir de las cuartas fechas de las últimas competencias. Cuando lo hablamos con Franquito y Mauri casi que suena a joda, a conformarse con que los "malos" comienzos serán superados a partir del cuarto partido de cada torneo. No sé cómo tenemos que llamarle. En mi caso particular lo llamo confianza y convicción. Sé que a partir del sábado volvemos a comenzar una nueva etapa.

Se me podrá decir que es demasiado exagerado si baso todo en la llegada del gran Pablo Bearzotti al arco. Puede que así sea, pero no es novedad para todo aquel que algo me conozca que en la vara del justo medio siempre me la juego por ver el vaso medio lleno. Pablito bajo los tres palos es por lejos la mejor noticia que podíamos recibir respecto al asunto guardameta. Y es que sabiendo lo complicado que es encontrar uno cuando otro se va, en esta oportunidad hemos completado muchos casilleros con su llegada. No sólo vendrá alguien que ataje. Se sumará alguien del palo, con las mejores referencias de dos maestros como Patrick y Rama. Alguien que comprende buena parte de la filosofía de este equipo. La misma que, para que tomemos dimensión de lo que hablo, es la que permite que tras 8 años este conjunto de amigos siga jugando. Siga unido. Siga compitiendo.

Respecto al torneo, los últimos dos partidos no fueron buenos. Tras el comienzo con victoria, caimos consecutivamente ante equipos que nos superaron justamente y a los cuales sólo quedó felicitar. A pesar que el primer gran inconveniente que enfrentamos en las dos fechas pasadas fue el hecho de tener que repartirnos el arco entre todos, es cierto que tampoco asomó el fútbol que supimos jugar en las anteriores victorias. Continuamos todos alejados del gol, y por primera vez en muchos años no hay siquiera uno que escape a la lógica. El resultado es el conocido: cuesta horrores convertir.

Hablando con Mauri en estos días me enteré que él, personalmente, está afrontando el camino del cambio -la única alternativa para mejorar depende de cada uno, se sabe- y está saliendo a correr para retomar su estado físico de siempre. Es notable cómo este equipo extraña al delantero goleador que todos conocemos. Y no estoy con esto reprochando al 9, sino más bien reconociendo cómo y cuántas veces zafamos gracias a que él, casi en soledad, anotaba de a dos por partido y el conjunto ganaba. Buenos tiempos, que no tengo dudas que están por volver a partir del sábado.

Por lo demás, me queda tan sólo lamentar no poder estar en el debut de Pablito en el arco, ya que un viaje demasiado grosso con mi compañera se ha presentado y no quiero dejarlo pasar. Va a ser raro para mí pasar un nuevo sábado sin el Sportivo, pero siempre queda saber que los amigos que juegan darán lo que se tiene para ganar. No es un dato menor.

Mi convicción en el nuevo renacer del violeta a partir de esta cuarta fecha es inquebrantable. El objetivo sigue siendo el mismo, terminar entre los cuatro primeros para entrar en zona ganadores y jugar por los premios. No estamos lejos y sobretodo estamos a tiempo de volver al camino que nos alojará allí. En donde todos sabemos que tenemos que estar. Cada uno sabe qué tiene que mejorar, en dónde se tiene que enfocar, qué tiene que seguir haciendo y que tiene que dejar de hacer.

Depende de cada uno. Y yo confío en nosotros.