La mirada de Santi
Aunque no juguemos, nos juntamos.
Por Santi Grandi.
Los que conformamos el Sportivo tenemos el gusto de sentir varias satisfacciones a lo largo de un año de competencia. Muchas de ellas tienen lugar dentro del campo de juego, tras una victoria muy bien concebida, o alguna que otra lograda apretando un poco más los dientes e incluso siendo derrotados, pero siempre con la entereza y la dignidad que nos caracteriza. Aún así hay otras situaciones que nos ponen felices a todos -o al menos ese es mi caso- y tienen que ver con realidades que suceden fuera de la cancha.
El sábado se presentó como inusual, ya que luego de mucho tiempo se suspendió la fecha por cuestiones de mantenimiento. Día raro resulta cualquier sábado sin jugar con el Sportivo. Lo tenemos muy incoporado a nuestras vidas. En pocos días se cumplen 8 años del comienzo de esta aventura, como para que se hagan una idea. De todas formas, y a pesar de que nos quedamos con las ganas de jugar la segunda fecha y continuar confirmando nuestra recuperación, tuvimos nuestra oportunidad para encontrarnos en el festejo del cumpleaños 25 de uno que está próximo a volver, el gran Rama Basualdo.
Asi es como pasamos una gran noche de domingo una buena parte de la banda, en el famoso salón de fiestas de las viejas y queridas intertorres. Éramos básicamente los de siempre -uno cuando dice esto piensa siempre instantaneamente "al menos Pato estaba", y ese es un gran halago para nuestro mariscal-, aunque con algunas ausencias marcadas por razones comprensibles (Izuki se dedicó a pasear su figura por tierras entrerrianas, haciendose pasar por Heath Ledger más que por el guasón, je). Cada uno estaba con quien queria estar, y compartiendo el momento como debía ser compartido. Quien escribe fue con su compañera -¡con quien terminó bailando cuarteto en una imagen que debería quedar para la posteridad!- y se mezcló en un grupo de ex-integrantes del conjunto (el amigo Quique, el gran Seba Fernández con su novia, el siempre notable Cabeza Ríos, el "brother in arms" Juanky Punky etc.). Las horas fueron pasando, al igual que las excelentes comidas y bebidas colocadas todas a nuestro alcance por el incansable y sensacional anfitrión Ramazziotti.
La cuestión sumó al Gordo Bruno Molinas, al viejo y querido Lea y a otro entrañable histórico, Mauri Abrile. Resultó una gran alegría pensar, en uno de esos momentos que suelo tomarme para reflexionar solo y tranquilo, que gran parte de ese escenario era posible por la existencia de este Sportivo. Las charlas con Sherman en la mini cocina (escena que se repite con los años), las risas con el Techie o ver al cumpleañero compartiendo momentos con el Ciego o Mau potenciaban mi idea. El conjunto de fútbol amateur es nuestro motivo-excusa para conocer nuevas personas y hacer nuevas amistades. Y como se sabe, "juntos somos mejores".
No estuvimos todos en el cumpleaños de Rama, pero eso nada cambia. Si Kiky se aparecia, o si Tuti o Fran se daban una vuelta con sus compañeras, e incluso si nuestro Riquelme del arco se venía, la situación hubiera sido la misma. Todos unidos compartiendo gratos momentos, sabiendo que en gran parte le debemos nuestra amistad a la existencia de algo a lo que le pusimos "Sportivo Rosario" y que el 28 de agosto próximo cumplirá 8 años consecutivos compitiendo en Baigorria. No es poco, y es otro motivo para festejar. Como lo fue celebrar junto a Rama y los suyos su cumpleaños 25.